miércoles, 11 de noviembre de 2009

I

Los copos de nieve caían como un manto de lunares claros sobre un vestido azulado, componiendo la única melodía en aquel erial inmovil, blanco e inerte, danzando al son del viento helado y aullante.

El Árbol de Piedra estaba en medio de las inmensas llanuras heladas, y al pie de este descansaba el Vagabundo, que respiraba pausadamente, su mente elevada en sueños de oro, sangre, seda y carne.

El Vagabundo abrió los ojos. Recordaba valses bajo los techos de un palacio, a una mujer nívea retorciendose de placer sobre sábanas color escarlata; el esplendor y la gloria, y nada más. Se quitó las lagañas de los ojos y contempló con extrañeza las llanuras y las montañas de la lejanía.

"¿Quién soy? ¿Y qué busco?"

Su mente resonaba con esos dos interrogantes.

2 comentarios:

  1. ¿Quién soy? ¿Y qué busco?... ¿Tengo tiempo en una vida para responder a estos dos interrogantes?, Creo que no...

    No sé quien soy, no sé qué busco, no se qué quiero. Me perdí.

    Gracias por este cuento.

    Crisbrillantina.

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  2. Comienzo.

    Creo que ya estoy enamorada.

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